lunes, 16 de noviembre de 2009

Balance




Es época de balances, contables, sociales, y de gestión.

Los primeros no serán positivos sin que por ello o defecto deban ser necesariamente negativos, pero no se han alcanzado los objetivos la situación de crisis justifica el resultado.

En lo relativo a lo social, afecta a varios elementos los inmediatos (los empleados, proveedores, clientes) los conocidos (competencia, factores externos, etc.) y los desconocidos (todos los demás).

Hacia los primeros, el no haber conseguidos los objetivos, son concientes que verán caer sus primas, y disfrutar de los premios que en situaciones normales podrían disfrutar, pero con salvar la “silla” la sonrisa es amplia.

Los proveedores echan de menos en la cuenta de resultados (más que al cliente físico) a nuestros clientes que por diferentes motivos este año no han viajado.

Los clientes han decidido quedarse en casa o viajar con compañías más económicas que la nuestra, entra a formar parte de lo previsto en la toma de decisiones en función de la economía o el grado de acojonamiento que los medios imponen a diario.

La competencia, como os podréis imaginar ha habido de todo, pero el grupo mas amplio es aquel que decidió como estrategia bajar precios, (dura decisión, teniendo en cuenta que es con cargo al proveedor, en la mayoría de los casos) y otros han sacado tajada puntual, negociando día a día entre clientes y proveedores jugando a la subasta, al mas puro estilo de lonja marítima, y ya se sabe a rió revuelto…..

Mientras ocurre todo este batí burrillo, uno lee la prensa, los blocs, las comunidades, los foros, etc., vamos que intenta estar al día con las no tan “nuevas” tecnologías y escucha atentamente a la ingente suma de predicadores que la irrupción del 2.0 nos ha traído.

Todos vociferan la buena nueva, (hubo algún momento que yo me sume al jolgorio) pido perdón porque mi voz suele ser aguda y retumbante.

Todos me dicen lo que no he de hacer, como he de comportarme, y que necesito para ser un tipo con una empresa dos punto cero, reconozco que al principio, con lo del cluetrain y el cliente de fondo, me engancho, pero la realidad se impone, han pasado casi dos años, y sigo oyendo las mismas voces que en este tiempo a pesar de recomendar encarecidamente que hay que saber o aprender a “Escuchar”, lejos de la realidad cada día las voces suben mas de tono, y ni tan siquiera se escuchan entre ellos.

Con este griterío al mas puro estilo tertuliano de una reconocida cadena de televisión, estos confunden el mensaje, si es que hay alguno.
Podría dar la sensación a estas alturas del post que mi tono es negativo, pesimista, todo lo contrario, mi análisis es sencillamente diferencial, “mientras esten todos vociferando y pregonando la necesidad de cambios inminentes” están tan ocupados que los clientes están desatendidos, cansados de llamar a las puertas, y siguen pensando que una cosa si han hecho bien, la difusión del mensaje, (aunque no iba dirigido a los clientes, si no a los gestores o a los que podian tomar decisiones) pero otra muy mal, siguen con la sordera hacia el mercado, empeñados en demostrar que sus productos o servicios son los mejores (desde su punto de vista), ahí es donde las posibilidades se agrandan y a poco que le digas a alguien, “en que puedo atenderle” aunque se sorprenda, te sonríe y agradece mucho que alguien le preste atención.

Os aseguro que a mis clientes, no les interesa lo mas mínimo, los social media, la responsabilidad, los ROIS, los CRM, los revenue, es mas si alguna vez hablamos de ello, ponen cara de “que leñe me estas contando”, y es que las personas (clientes) solo quieren que las quieran.

Les he pedido a mis colaboradores que no cambien su ordenador por una conversación junto a una buena taza de café y un cliente compartiendo este momento unico.

Saludos cordiales desde la Costa Brava.

1 comentario:

Yolanda Alfonso dijo...

Hola Joan, me ha encantado tu post. No se en qué preciso momento me dí cuenta de lo que has relatado tú mismo en este post, pero afortunadamante y muy cierto es que los clientes lo que quieren es ser atendidos (sí, que les quieran), el resto de chorradas es para los "vendedores de tecnología".
Este tipo de "momentos" me recuerda al cuento del Principito, que al final se da cuenta que lo que realmente quiere es cuidar su rosa y que se ha dejado llevar por sus ansias de descubrir nuevos lugares...
Un beso Joan y me alegro de leerte, aunque una taza de café me hubiera guatado más. ;)