lunes, 21 de septiembre de 2009

Dialogo de besugos




Andan los tiempos revueltos en el debate para propiciar la entrada de nuevos modelos en hacer negocios, a un lado los que empujan, al otro, los que tienen la llave de la caja y el poder de decisión.

Esto es fruto de una conversación que mantuve con un empresario del sector hostelero, los que me conocéis, sabréis que son a aquellos que llamo coloquialmente mis “Besugos” este en concreto es el que me invita a café sentado en la terraza de la piscina mientras me plantea sus dudas acerca del nuevo paradigma.

Me decía, lo curioso que le resultaba observar la irrupción de estos artilugios creados para perder tiempo.

Extrapolar entelequias extraídas de unas estadísticas de análisis de visitas a paginas de unos supuestos “mirones” que cada vez que hacen clic cuesta dinero y al final no compran nada.

En base a esto y algo mas se articulo la discusión de la otra tarde centrándonos en lo que el entiende por redes y el uso de Twitter, desde su punto de vista.

En Twitter, comunidades, blogs vemos constantemente a los predicadores, y conversos de esta religión fundamentalista, convencidos de que la salvación pasa por estar conectado, los de la llave de la caja, (se referia a los de su especie) no sabemos que es el Twitter, ni el Facebook, etc., (puntualiza), rectifico, saberlo si sabemos que existe, como se usa, cuanto cuesta, en mi estructura de toma de decisiones, el planteamiento es el siguiente: ¿ganare mas dinero?, ¿mas clientes? la respuesta es a corto plazo, no, entonces…...

Sigue en sus afirmaciones, (el puñetero esta al dia) es curioso ver que los que “truitean” o se pasan el día escribiendo en las libretas (blogs) suelen ser los que no deciden en las empresas, cuando les preguntas (a los que deciden) , la respuesta mayoritaria es “yo no tengo tiempo” para contar que me he tomado un café, espero en una sala, que el avión sale con retraso, o pasarme el día leyendo lo que otros reenvían ante la falta de imaginación o necesidad de comunicar algo que interese a los demás, eso no le debería interesar a nadie.

Le dije, dicen que el mercado son conversaciones, totalmente de acuerdo respondió, pero también entenderás que con mi mercado lo único de lo que puedo hablar es de lo que necesita y proporcionárselo al mejor precio, de lo contrario la conversación por parte del mercado se corta y sigue buscando, ¿acaso esto ha cambiado?, supongo que no el fondo, pero si tal vez en la forma (refunfuño en voz baja, gilipolleces).

En sus escasas irrupciones en la cuenta de Twitter (es de los que mira y no escribe nada) me decía, no me encontrado con ningún cliente, la mayoría son competidores, o personas de otros sectores, que las respeto muchísimo pero que no me interesan sus recomendaciones, fotos, o guerras particulares.

Los de mi sector que escriben ahí, hablan siempre de lo mismo, competencia, precios, clientes, ofertas, rentabilidad, pero entre ellos (trabajadores) ponen de excusa al final del discurso que hablan con el mercado, y un jamón.

Tampoco cree en la forma de que estas nuevas generaciones han elegido para empujar y desplazar a la vieja, como método natural de recambio en la sociedad sea la mas correcta, se esta haciendo desde la tribuna de la imposición y no del convencimiento, se pide un cambio con la simple explicación “tu llevas demasiado tiempo ahí” ahora me toca a mi.

Que la sociedad ha cambiado es evidente, pero el valor del esfuerzo y la lucha por demostrar las capacidades sigue vigente.

La sociedad todavía vive inmersa en los parámetros de prueba-error, primero hay que demostrar las capacidades y generar confianza, tal vez tendrás la oportunidad de demostrarlo, pero como dicen “hay que currárselo”, el precio del esfuerzo sigue ahí a pesar de vivir en la edad del todo incluido, o gratuito.

Me dice, mira es difícil demostrar con las nuevas tecnologías el retorno de las inversiones, mas quánticas o estadísticas que de dinero en caja, y eso hace muy difícil que los que decidimos entendamos el supuesto cambio de paradigma que pregonan los evangelizadores.

Como anécdota me cuenta que el otro día en una reunión del grupo en el que preside el consejo, ante la exposición de uno de los directivos, (portátil en ristre, I-pone, blackberry etc.) nos dio una paliza de cifras y estadísticas para aburrir a un santo, al terminar, le pregunte, si me podría responder a tres preguntas, (primera) en cuantos clientes hemos crecido en el periodo , (segunda) en cuanto hemos aumentado el ratio del ingreso bruto, (tercera) cuanto nos cuesta su departamento.

En respuesta a la primera, el mercado esta en crisis y se han minimizado a base de bajar precios el descalabro en la perdida de clientes.

A la segunda, se han perdido puntos en el ratio ya que las ofertas se han cargado los márgenes.

Y la tercera fue la única ajustada a la realidad la cifra fue concreta, una vez deducidos los ingresos de los costes, el resultado es negativo.

Después de un breve silencio, le dije, lo tienen crudo esos jovencitos para abrirse hueco en las empresas, a lo que me respondió, que el tenia claro lo que eran las nuevas tecnologías, los mercados, y los empleados que querían abrirse hueco en su empresa, con una frase

“El que quiera trabajar de verdad que venga, demuestre que es capaz y que se deje de tanta tontería tecnológica en el lugar de trabajo, respeto que su tiempo libre lo dedique a hacer caída libre, es su elección, pero no con mi dinero”.

La verdad es que a veces me pone de los nervios y lo mandaría al carajo, pero hay días como esta tarde que te hace reflexionar acerca de cómo se ve desde la silla que tiene la llave de la caja colgada del respaldo.

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