martes, 4 de agosto de 2009

Consejos “imperativos”



La mayoría de mensajes recientes de los observadores del sector turístico, se esfuerzan en hacernos entender que hay que cambiar, modelos, procesos, y actitudes, fieles relatores de lo que creen que esta sucediendo.

Desde mi punto de vista, esto no sirve absolutamente para nada, mas allá de poder asentir cuando lees e interiorizas con mayor o menor grado la complicidad en las ideas y conceptos.

Los cambios, solo serán posibles con el esfuerzo de los que realmente quieran y puedan llevarlos acabo, empresas o negocios.

La mayoría de los que lo preconizan ni pueden ni están en situación operativa para poder aplicarlos.

Para que sean efectivos solo deben cumplir una premisa, satisfacer las necesidades de los clientes.

Probablemente es cierto que el actual modelo (estético) este obsoleto, pero no su finalidad.

Intentare exponerlo con un ejemplo (salvando las distancias) en el que todos alguna vez en la vida hemos pasado por ello, tenemos un automóvil y quisiéramos sustituirlo.

Uno puede tener un vehículo de los años sesenta, en perfecto estado, sigue siendo útil para la finalidad en la que fue concebido, la única desventaja que tiene es el estético y la motorización comparado con los mas actuales.

Pienso que el modelo turístico Español esta en la misma situación, sabemos que es un modelo con un diseño con algunos años, con conductores expertos en solventar improvisadas situaciones mecánicas, cercanos a la jubilación, llegando a destino con mas o menos puntualidad, pero con todo el confort.

Sigue siendo muy rentable, al estar amortizado aporta una ventaja competitiva con relación al nuevo modelo que esta inmerso en el pago de las cuotas, tiene alguna desventaja, contamina mas que los actuales, y el mantenimiento es obligado si queremos que siga operativo.

Un auto nuevo esta al alcance de todos los bolsillos, de menor a mayor gama, pero pierde esta frescura a las pocas semanas de estar operativo, los cambios de modelo se suceden casi en la sala de exposición y ventas, lo que le priva de esta cierta novedad y exclusividad, mientras que los antiguos, gozan de reconocimiento por un determinado publico que valora el esfuerzo de conservación, junto a una mezcla de sentimientos nostálgicos.

Llegados a este punto, tal vez lo mas coherente seria hacer la siguiente reflexión, los garajes (destinos) y los coches (la industria) aunque con algunos años siguen cumpliendo con la finalidad, entonces me pregunto, ¿porque se empeñan en que debo cambiar todo? , nuevos garajes, nuevos vehículos, nueva manera de conducir, que los clientes prefieren las novedades, etc.

Mi conclusión es bien sencilla, aunque cambie todos los vehículos, remoce los garajes o los construya de nueva planta, si no cambio los hábitos del personal, (conductores) lo anterior no me servirá mas que para proclamar que el inmovilizado material es de rabiosa actualidad, pero solo hasta la próxima semana.

Lo mejor será hablar con los clientes y que me cuenten, como se sienten en manos de mis conductores, mis vehículos, e instalaciones, seguro que después podré tomar una decisión, y esta solo dependerá de mi, renunciando a hacerlo por mas que intenten convencerme desde afuera que “necesito un cambio”.

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