¿Crisis de que?

Además de la puramente financiera, económica, social, política, estructural y de valores, esta la del pánico ante tanta incertidumbre y desconocimiento.

Malestar por el desconocimiento real del impacto financiero a la economía productiva.

Incertidumbre ante la postura que adoptaran las entidades bancarias ante su escasez de materia prima, para seguir operando, las empresas necesitan financiación para seguir en los mercados.

Descontento con la clase política, por el alto grado de divorcio entre el ejecutivo y los votantes.

Todos hablamos de la crisis, como si fuera un problema del vecino de enfrente, sabiendo que mañana puede ser nuestro vecino el que hable de nosotros, sin que se puedan tomar medidas para evitarlo.

Estamos inmersos en la globalización, ahora habrá muchas personas que acabaran entendiendo lo que significa, todo nos afecta, por lejos que se produzca la explosión.

Tertulias, editoriales, charlas, no escapan de la realidad en la atmósfera enrarecida por la pandilla de trileros de wall street, que han demostrado que es posible poner el mundo patas arriba, saltándose todas las premisas y acotaciones de conducta social aceptadas World Wide.

Ponen los expertos fecha de largo plazo a una crisis ya anunciada en 1999 y que hasta ahora no se ha hecho perceptible, se han limitado a anunciar reiteradamente “previsiones de lluvia” y todos sabemos que tarde o temprano acaba lloviendo, como siempre nos ha pillado sin paraguas.

Crece la incertidumbre de las medidas adoptadas, la izquierda se ha convertido en conservadora y la derecha defiende las políticas sociales el margen de distancia entre modelos ha desparecido, los políticos salen a la palestra pidiendo modelos políticos 2.0.

Los modelos dospuntoceristas hasta el día de hoy, son todos maquillaje orientados a aumentar ventas y a fidel izar incautos, salvando excepciones que no se han prodigado en sumarse al griterío evangelizador, trabajando para satisfacer a su clientela con las herramientas tradicionales que el Marketing pone a su disposición.

El modelo dospuntocerista ha entrado en la etapa de relativización, y de desplome de la euforia que produce haber encontrado nuevas herramientas para hacer lo mismo, nuevas herramientas para viejos procesos, que las tengamos no significa que todos estemos capacitados para usarlas.

Para poder implementar políticas de este estilo hay que innovar en los procesos, romper con el pasado para dar forma a nuevos modelos de gestión

Esto que a priori parece sencillo, no lo es en absoluto.

Hablar de innovación es relativamente sencillo, ¿Quién no habla de ello?, ponerlo en practica es muy difícil, esta puesta en practica radica en la capacidad y voluntad de las personas con sus equipos para hacerlo posible.

Deberíamos aprovechar esta crisis, para cambiar conductas, reuniones maratonianas, desplazamientos absurdos, inversiones de imagen, tarjetas de empresa, etc., e intentar optimizar herramientas que nos ofrecen las nuevas tecnologías, que la mayoría conocen, pero siguen con los vicios del pasado.

Documentaciones por triplicado, imprimir e- mails, carpetas llenas en los archivos (porque no nos fiamos de que estén por ahí en algún fichero informático dando vueltas por el mundo) intranets con accesos restringidos ayudan poco a que la información fluya, son ejemplos muy actuales del uso tecnológico con mentalidad del siglo IXX.

Ha llegado el momento de volver a los inicios, empezar de nuevo, para hacer lo mismo de forma distinta, sin descartar que si los dirigentes sociales, no demuestran su capacidad para desencallar esta crisis, veamos nacer la primera revolución social del siglo XXI.