Se abre el debate en esta comunidad, por medio de una entrevista a la directora de Turespaña, que amablemente Manuel Colmenero inserto en su página recientemente y a la cual ya remití sendos comentarios.
De la experiencia acumulada a lo largo de los casi sesenta años de turismo de este país, tenemos mucha información, sin embargo el conocimiento acumulado reside en personas y espacios privados impermeables sin haberse compartido, justo empieza y esta comunidad es un claro ejemplo de ello.
La administración sigue obcecada en reconocer como industria turística aquella basada solamente en los lobby (generalmente, sector hostelero) los mas “pedigüeños” olvidando que es una actividad plural y transversal.
Cuando un país pretende posicionarse en beneficio de alguna actividad de la economía productiva, crea un ministerio para dotarle de rigor y empuje, probablemente veamos después de las pasadas elecciones el nacimiento del ministerio de I+D+I, por el que apuestan los dos partidos políticos mayoritarios en un halo de posicionamiento ante los homólogos Europeos en investigación, y a la innovadora industria aeronáutica.
El sector turístico ha contribuido a recuperar el país de la precariedad económica año tras año, sin embargo nunca se le dio importancia capital, ni aun hoy, vistos los programas de los candidatos, mientras que las instituciones al amparo del ministerio de industria comercio y (al final de pasillo) turismo, en su brazo ejecutor Turespaña, diseña políticas de turismo desde el concepto de país único para una realidad pseudo-federal (turísticamenté hablando).
Han diseñado el programa Turismo 2020 basándose principalmente en el cliente, es bueno conocer las necesidades del usuario/cliente, pero para la administración este dato no debería ser de capital importancia en las necesidades, pero si en la satisfacción, relegando esta responsabilidad y cumplimiento al empresariado. Si propondría una sugerencia, poner más énfasis en el control del inventario, el cual se va a promocionar sin conocer el estado real, hay producto en el, de muy alta calidad, también de muy baja calidad, sin embargo en la promoción y comunicación no se hace distinción alguna.
Si la administración tiene la potestad para conceder licencias de apertura y cierre, debería verificar el estado periódicamente, dispone de herramientas subsidiarias a través de las administraciones autonómicas, incidiendo en el apoyo a productos de altísima calidad, y penalizando a los de baja calidad (independientemente de la regulación que el mercado otorga, cuyo único castigo son precios a la baja).
Una de las asignaturas pendientes de este país es la distribución y el control de la misma, que a excepción del receptivo, sigue en manos de tour operadores en origen.
Deberíamos apostar por calidad, servicio, formación, empleo cualificado, y satisfacción, para conseguir estos objetivos no son necesarias grandes cantidades de recursos económicos, pero si de un cambio de actitudes y aplicación de economías del conocimiento.
La administración debería contar con mecanismos suficientes para controlar todo el proceso, si dejan exclusivamente en manos de los grupos de influencia, actuando solamente por criterios de rentabilidad empresarial, se seguirán cometiendo errores como en el pasado, prevaleciendo las economías individuales a las colectivas.
Además en plena expansión del fenómeno 2.0 el cliente gana espacio en la comunicación y recomendación hacia los demás consumidores, dispersando el mensaje, perdiendo liderazgo el tour operador en beneficio de los DM (destination managers) figuras en auge, que exentos del compromiso contractual de los anteriores, prevalece la satisfacción a los bajos precios.
Ya dije en su día, que el colectivo al cual pertenezco, (Agencias de viajes receptivas) no ha sido consultado en los grupos de trabajo de Turismo 2020, hay que reconocer que el receptivo que actúa en este país abarca muchas comunidades en miles de empresas dedicadas exclusivamente a la promoción y distribución de los servicios turísticos, con amplios conocimientos de los mercados, preferencias, percepción y satisfacción de la oferta.
Sirva este artículo para abrir un debate a tener en cuenta por los dirigentes de la administración, por la capacidad colectiva, el amplio conocimiento, la experiencia, y fundamentalmente la paciencia esperando un reconocimiento que de una vez por todas dignifique el sector.
De la experiencia acumulada a lo largo de los casi sesenta años de turismo de este país, tenemos mucha información, sin embargo el conocimiento acumulado reside en personas y espacios privados impermeables sin haberse compartido, justo empieza y esta comunidad es un claro ejemplo de ello.
La administración sigue obcecada en reconocer como industria turística aquella basada solamente en los lobby (generalmente, sector hostelero) los mas “pedigüeños” olvidando que es una actividad plural y transversal.
Cuando un país pretende posicionarse en beneficio de alguna actividad de la economía productiva, crea un ministerio para dotarle de rigor y empuje, probablemente veamos después de las pasadas elecciones el nacimiento del ministerio de I+D+I, por el que apuestan los dos partidos políticos mayoritarios en un halo de posicionamiento ante los homólogos Europeos en investigación, y a la innovadora industria aeronáutica.
El sector turístico ha contribuido a recuperar el país de la precariedad económica año tras año, sin embargo nunca se le dio importancia capital, ni aun hoy, vistos los programas de los candidatos, mientras que las instituciones al amparo del ministerio de industria comercio y (al final de pasillo) turismo, en su brazo ejecutor Turespaña, diseña políticas de turismo desde el concepto de país único para una realidad pseudo-federal (turísticamenté hablando).
Han diseñado el programa Turismo 2020 basándose principalmente en el cliente, es bueno conocer las necesidades del usuario/cliente, pero para la administración este dato no debería ser de capital importancia en las necesidades, pero si en la satisfacción, relegando esta responsabilidad y cumplimiento al empresariado. Si propondría una sugerencia, poner más énfasis en el control del inventario, el cual se va a promocionar sin conocer el estado real, hay producto en el, de muy alta calidad, también de muy baja calidad, sin embargo en la promoción y comunicación no se hace distinción alguna.
Si la administración tiene la potestad para conceder licencias de apertura y cierre, debería verificar el estado periódicamente, dispone de herramientas subsidiarias a través de las administraciones autonómicas, incidiendo en el apoyo a productos de altísima calidad, y penalizando a los de baja calidad (independientemente de la regulación que el mercado otorga, cuyo único castigo son precios a la baja).
Una de las asignaturas pendientes de este país es la distribución y el control de la misma, que a excepción del receptivo, sigue en manos de tour operadores en origen.
Deberíamos apostar por calidad, servicio, formación, empleo cualificado, y satisfacción, para conseguir estos objetivos no son necesarias grandes cantidades de recursos económicos, pero si de un cambio de actitudes y aplicación de economías del conocimiento.
La administración debería contar con mecanismos suficientes para controlar todo el proceso, si dejan exclusivamente en manos de los grupos de influencia, actuando solamente por criterios de rentabilidad empresarial, se seguirán cometiendo errores como en el pasado, prevaleciendo las economías individuales a las colectivas.
Además en plena expansión del fenómeno 2.0 el cliente gana espacio en la comunicación y recomendación hacia los demás consumidores, dispersando el mensaje, perdiendo liderazgo el tour operador en beneficio de los DM (destination managers) figuras en auge, que exentos del compromiso contractual de los anteriores, prevalece la satisfacción a los bajos precios.
Ya dije en su día, que el colectivo al cual pertenezco, (Agencias de viajes receptivas) no ha sido consultado en los grupos de trabajo de Turismo 2020, hay que reconocer que el receptivo que actúa en este país abarca muchas comunidades en miles de empresas dedicadas exclusivamente a la promoción y distribución de los servicios turísticos, con amplios conocimientos de los mercados, preferencias, percepción y satisfacción de la oferta.
Sirva este artículo para abrir un debate a tener en cuenta por los dirigentes de la administración, por la capacidad colectiva, el amplio conocimiento, la experiencia, y fundamentalmente la paciencia esperando un reconocimiento que de una vez por todas dignifique el sector.
No hay comentarios:
Publicar un comentario