El enunciado irónico podría llevar a equívocos, pero no entrare en este campo, tengo mis serias dudas en la tecnología empleada a certificar tamaños.
Me refería sin duda al tamaño empresarial, en este país donde el abanico aglutina mucha mediana y pequeña empresa, fruto supongo de la capacidad generadora de los emprendedores junto a las barreras de entrada.
Las grandes empresas o estructuras han demostrado que un gran porcentaje del tiempo lo dedican a si mismas, organizar, controlar y a satisfacer al accionariado, después si queda tiempo ya nos ocuparemos del cliente.
Las medianas, se pasan el día vigilando el lugar que ocupan en un ranking alternante, y en elaborar estrategias de posicionamiento.
Las pequeñas sin embargo deben proyectar sus esfuerzos mayoritariamente a la producción y a la satisfacción de los pocos clientes que se hallan en su portafolio, ajustar los recursos para su correcta distribución, ahí no existen excedentes de ningún tipo.
Vemos como las grandes corporaciones, intentan a través de su publicidad estar cerca del cliente, ¿pero alguno de vosotros ha logrado hablar con alguien de la Caixa?, otros dicen que están al servicio de personas, ¿Qué menos?
Un viejo adagio reza, “dime de que presumes y te diré de lo que careces”.
Sin embargo en el sector turístico, mas allá de las grandes corporaciones cadenas hoteleras, o agencias de viajes pertenecientes a grandes grupos, el resto es mediana o pequeña empresa familiar y probablemente si hiciéramos una encuesta se pedirían ganar mas a ser posible sin crecer.
Debería llevarnos a una reflexión, ¿porque? Se me ocurren distintas respuestas, unos por incapacidad de abordar una expansión, otros porque controlan de momento la situación y no les va mal, otros son dependientes o cautivos de uno o varios clientes y saben servirle a la carta, rendimiento moderado, cero costes de imagen corporativa.
Ser pequeño permite flexibilidad y adaptación, estar cerca del cliente, saber que pasa en el taller, cuando barres ves los desechos que se originan y puedes modificar con rapidez, sin embargo no te permite poder acercarte a clientes que necesitan grandes estructuras, los saltos mortales hay que reservarlos al espacio circense.
El incremento, rotación y estacionalidad en el uso de servicios (sueño inalcanzable de los DM) debería pasar por un modelo de prescripción por parte de clientes satisfechos, que recomendando nuestros servicios, quieran hacerse con ellos, sin embargo todo lo que leo últimamente va orientado en descubrir necesidades de nuevos clientes, los de la competencia a ser posible y ahí nadie repara en costes.
Se dice que el entorno 2.0 es la versión on line del boca oreja tradicional, como definición la encuentro acertadísima, hasta me parece buena aunque no sea mía.
Todo seria mucho más sencillo, si cada eslabón de la cadena de prestación de servicios turísticos fuera eficiente, orientada a satisfacer al cliente, con esta sencilla regla de tres, lo entenderemos todos.
Si todos los clientes que han visitado España en los últimos 40 años, hubieran regresado satisfechos recomendando nuestros destinos y servicios, hoy la demanda en espera superaría la barrera del año 2020.
La publicidad puede ayudar a comunicar que se están haciendo cambios para promocionar las mejoras, pero si una vez comprobado en destinos, algo falla, no solo perderá el cliente, el destino, si no que tal vez el país acabe perdiendo un consumidor como viene sucediendo.
Ahí os dejo la reflexión y si al andar encontráis un pequeñito, levantad el pie y no le piséis, tal vez esta contribuyendo junto a unos miles mas a la economía del sector y por ende del país
Saludos cordiales.
Me refería sin duda al tamaño empresarial, en este país donde el abanico aglutina mucha mediana y pequeña empresa, fruto supongo de la capacidad generadora de los emprendedores junto a las barreras de entrada.
Las grandes empresas o estructuras han demostrado que un gran porcentaje del tiempo lo dedican a si mismas, organizar, controlar y a satisfacer al accionariado, después si queda tiempo ya nos ocuparemos del cliente.
Las medianas, se pasan el día vigilando el lugar que ocupan en un ranking alternante, y en elaborar estrategias de posicionamiento.
Las pequeñas sin embargo deben proyectar sus esfuerzos mayoritariamente a la producción y a la satisfacción de los pocos clientes que se hallan en su portafolio, ajustar los recursos para su correcta distribución, ahí no existen excedentes de ningún tipo.
Vemos como las grandes corporaciones, intentan a través de su publicidad estar cerca del cliente, ¿pero alguno de vosotros ha logrado hablar con alguien de la Caixa?, otros dicen que están al servicio de personas, ¿Qué menos?
Un viejo adagio reza, “dime de que presumes y te diré de lo que careces”.
Sin embargo en el sector turístico, mas allá de las grandes corporaciones cadenas hoteleras, o agencias de viajes pertenecientes a grandes grupos, el resto es mediana o pequeña empresa familiar y probablemente si hiciéramos una encuesta se pedirían ganar mas a ser posible sin crecer.
Debería llevarnos a una reflexión, ¿porque? Se me ocurren distintas respuestas, unos por incapacidad de abordar una expansión, otros porque controlan de momento la situación y no les va mal, otros son dependientes o cautivos de uno o varios clientes y saben servirle a la carta, rendimiento moderado, cero costes de imagen corporativa.
Ser pequeño permite flexibilidad y adaptación, estar cerca del cliente, saber que pasa en el taller, cuando barres ves los desechos que se originan y puedes modificar con rapidez, sin embargo no te permite poder acercarte a clientes que necesitan grandes estructuras, los saltos mortales hay que reservarlos al espacio circense.
El incremento, rotación y estacionalidad en el uso de servicios (sueño inalcanzable de los DM) debería pasar por un modelo de prescripción por parte de clientes satisfechos, que recomendando nuestros servicios, quieran hacerse con ellos, sin embargo todo lo que leo últimamente va orientado en descubrir necesidades de nuevos clientes, los de la competencia a ser posible y ahí nadie repara en costes.
Se dice que el entorno 2.0 es la versión on line del boca oreja tradicional, como definición la encuentro acertadísima, hasta me parece buena aunque no sea mía.
Todo seria mucho más sencillo, si cada eslabón de la cadena de prestación de servicios turísticos fuera eficiente, orientada a satisfacer al cliente, con esta sencilla regla de tres, lo entenderemos todos.
Si todos los clientes que han visitado España en los últimos 40 años, hubieran regresado satisfechos recomendando nuestros destinos y servicios, hoy la demanda en espera superaría la barrera del año 2020.
La publicidad puede ayudar a comunicar que se están haciendo cambios para promocionar las mejoras, pero si una vez comprobado en destinos, algo falla, no solo perderá el cliente, el destino, si no que tal vez el país acabe perdiendo un consumidor como viene sucediendo.
Ahí os dejo la reflexión y si al andar encontráis un pequeñito, levantad el pie y no le piséis, tal vez esta contribuyendo junto a unos miles mas a la economía del sector y por ende del país
Saludos cordiales.
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