viernes, 10 de agosto de 2007

Dialogo de besugos


“época de contratación”

(dedicado a mi querido amigo Javier Garcia Cuenca)

Estamos cerrando la época de contratación, espacio de tiempo que personalmente odio, pero que forma parte de mis tareas laborales.

Debería ser habitual en las conversaciones de contratación, la revisión, del contrato actual, nivel de satisfacciones, valoraciones, decisiones futuras.

Entro en el establecimiento a encontrarme con mi amigo hotelero, me recibe con un semblante cansino y agotado, le pregunto, ¿estas bien?, me dice que no ( me lo temía, me pasa por preguntar) y me dice que no ha pegado ojo en toda la noche por el revuelo causado por unos “tipejos” borrachos que han despertado a todo el hotel, (ya sabes, le dije, es la temporada alta) a lo que el refunfuñando añade: “ es que traéis un personal últimamente”..
(Buena manera de empezar el dialogo, pensé).

Nos instalamos en la terraza a tomar un café, mientras se cruzan unas chicas de muy buen ver y me pierde la mirada, dice: si no fuera por estos momentos, y de repente me dice, ¿hablamos de lo que te trae a verme?

Hablemos, le dije… y para cortar un poco la frialdad entre sorbo de café, le pregunto, como va la temporada, mal como siempre responde, ya ves clientes molestos, mucha juventud, no tienen un duro y el poco que tienen lo gastan en discotecas. (La cantinela de siempre).

A partir de ahí suelta su discurso eminentemente negativo y de repente le entran las prisas y me dice: ¿para el año que viene que quieres?

Le dije, hombre me gustaría que me contaras que previsiones tienes de reformas, mejoras, etc...
Para gastar dinero estoy…. “Con esta clientela”, pero si te adelanto que para el año que viene voy a subir los precios en un 8% lineal, ¿y eso?, chico que no me salen las cuentas, el que quiera venir que venga y pague y si no…. ¿si no que?, que estoy cansado de aguantar a tanto gamberro, (evidentemente no era el mejor día para hablar de contratos para el año que viene).

Lo que me llama la atención desde siempre, es que jamás me consultan si los clientes están contentos con su establecimiento, dan por sentado que si estas ahí sentado negociando para el año próximo, es que su establecimiento tiene interés para tu cartera, olvidan la amistad personal, la larga colaboración, y la buena relación en la interacción, dándole mas valor a estos últimos atributos mencionados que a la propia actividad mercantil.

Me suelta una serie de frases justificando el aumento de costes por todas partes, personal, impuestos, electricidad, agua, etc...
Y cierra con la consabida frase “así no se puede trabajar”.

En un intento de comunicarle las reacciones del mercado, niveles de exigencia, calidades, prestaciones que nos demandan los clientes, la respuesta es Pamplinas, aquí los únicos que ganan pasta son los operadores y vosotros, (y se queda tan campante) y el que aguanta la chusma somos nosotros, alojarles, dales de comer, y aguántales las borracheras que ni siquiera han pillado en casa.
Veo que lo que mas te molesta no es la borrachera en si, si no donde la han cogido.

Evidentemente se hace difícil mantener una conversación con una persona que ante la pregunta de cómo te llamas, responde desayune chocolate.

Terminamos el café, y se levanta, me dice, bueno ya lo tienes claro, no, te mandare los precios por correo y ya me dirás… ¿pero no habíamos quedado para eso hoy?, si, pero no tengo ganas de discutir de precios contigo.

Pero también quería hablar de contingente, ¿quieres mas camas?, (pregunto) le dije, deberíamos hablar de ello, si quieres mas no te las puedo dar ya que he firmado con un operador alemán un contingente muy grande en garantía, como mucho te mantendré el contingente de este año y eso por que somos amigos y si no quieres tantas, mejor, ya que ando escaso, me he pasado un pelin en la contratación.

Cuando oyes eso se te queda cara de pasmarote, y realmente no sabes que hacer ni que decir.

¿Entonces que tenias previsto para mi?, teniendo en cuenta nuestra amistad aumentar los precios como te dije, mantenerte el contingente y hacer que tus clientes entren en las fechas previstas, ¿debería estarte agradecido por las deferencias?, sabes que si, se pelean por mis camas.

Ahí te quedas ya desarmado, venias con una lista de reclamaciones, para ver si es capaz de hacer las variaciones para evitar las reclamaciones futuras, (ni siquiera le importan), ahí me enfado y le digo, pues mira para el año que viene no quiero camas en tu establecimiento, estoy cansado.

Se enfada, se levanta y me dice, “casi me haces un favor”, he de dejarte me esperan los de la competencia (me dice), suerte le deseo, ya nos veremos.

Me voy cabizbajo y pensando lo duro que es trabajar de esta guisa, pero también se que no tardara en llamarme y decirme que tenemos que hablar, sabiendo que el día que lo haga tendrá que aguantar el chaparrón, me dirá a todo que si, bajara los precios, aumentara el contingente, me prometerá felicidad eterna (hasta la próxima negociación) y un año mas cerraremos trato, como siempre.

Cuando salía por la puerta me llama, y me dice, “te fuiste sin pagar los cafés”…si es que algunos no tienen remedio, a lo que le conteste, “en navidad te mandare además del jamón una caña de lomo”, (no te j------e, anda que te…..), todo eso os lo cuento, porque mañana hemos quedado para tomar unas cañas.
Saludos cordiales desde la Costa Brava






3 comentarios:

Edu William dijo...

me encantan los dialogos de besugos joan...son la mejor clase didactica que puede haber...gracias.
un abrazo
edu

Anónimo dijo...

Hola Joan,

buff... creo que, aunque seguramente estas de sobras curtido en estos temas, se debe hacer muy cuesta arriba seguir adelante con "compañeros" asi... suerte de la vocación!.. gracis por la ilustración, animos y una pregunta: Esta situación, es mayoritaria?

Jordi

Unknown dijo...

Hola Jordi,
la pregunta es capciosa sin duda, pero he de decirte que es una caricatura de las relaciones entre agentes y hoteleros, que no necesariamente ha de coincidir con la realidad.
solo que a veces es superada.
Pero hay que verlo como una moraleja con el trasfondo necesario para tomar nota e introducir cambios.
En cualquier caso no ha llegado nunca la sangre al rio.
Saludos cordiales