Cuando se equivocan las estrategias, se genera confusión.
Esta afirmación si no estuviera argumentada podría parecer una pedantería o una provocación, intentare desarrollar el porque actual al menos en lo referente a Cataluña.
Si debiéramos partir de la descripción de producto y centrar los objetivos, podríamos estar de acuerdo en afirmar lo siguiente:
El producto turístico para la administración turística, son los destinos del país que ella regula, controla e invierte en su desarrollo.
Básicamente este debería ser su marco de actuación: regularlo, verificarlo, clasificarlo, y publicitarlo.
Una vez definidas las diferentes tipologías, segmentar por producto o servicio, a modo de ejemplo serviría, los segmentos de sol y playa, cultural, de patrimonio histórico, gastronómico, de congresos, incentivos, ciudades, rural, short breaks, etc.
Toda esta descripción de negocios se localizan dentro de un territorio, del que la administración, administraciones autonomicas y por delegación los municipios deberían verificar, tanto en estado fisico ,capacidad, calidad ofertada, que conforman la oferta turística de un país.
Fijaros que hasta el momento no he hablado de las empresas turísticas privadas que interactúan en la economía.
De aceptar este planteamiento, la estrategia de la administración debería orientarse hacia la descripción, enumeración y valoración de la oferta global.
Estructurada la lista debería obrar en su posesión el estado cuantitativo y cualitativo de la oferta descrita y en función del resultado, hacer las oportunas inspecciones, para determinar la exactitud de la descripción, solo así sabrá enfocar la comunicación y promoción de sus productos (en que negocio estoy) hasta que punto la oferta puede satisfacer las necesidades de los clientes.
De los diferentes actores que intervienen en el negocio turístico, cabe destacar la figura de la agencia de viajes receptiva, principal catalizadora y promotora de la oferta de destinos de un país y prestadora de servicios in situ al cliente final que en definitiva, es el que dará valor a su estancia si la comunicación se ajusta entre lo ofertado y lo recibido.
¿Porque tanta verborrea, pudiendo simplificar?, intentare dar una explicación, la situación actual entre las administraciones y las empresas atraviesan momentos de cambios profundos en la distribución del producto turístico, de ahí mi titular que no es un capricho personal, si no fruto de la meditación y análisis.
Probablemente el peso del sector turístico la administración la conceda al propietario de los más altos inmovilizados económicos, que son los propietarios de los hoteles y sus variables organizativas y gremiales, que sin duda la tienen, pero además están los demás actores que intervienen y de manera importante. Si hablamos de sol y playa veremos que los propietarios de establecimientos hoteleros, suelen desconocer como comercializar su propio servicio, porque durante años han estado en manos de tour operadores que promocionaban sus establecimientos, una vez desaparecidos estos, las agencias de viajes receptivas ocupan el vació que dejaron una vez amortizadas las inversiones y hoy la siguen ocupando compartiendo mercado con las punto com. (Siguen sin controlar sus precios en el mercado).
Esto provoca una extraña relación entre hotel/agencia como mal necesario y paradigma del sector.
Decía, que el peso sectorial la administración lo otorga a los hoteleros, que no satisfechos con la forma de promocionar y comercializar sus establecimientos a lo largo de la historia, por empresas externas, a base de sacrificar márgenes y no controlar sus precios en los mercados, dada su alta influencia en la administración han conseguido convencerla para establecer planes de promoción (al 50%) de capital mixto o compartido, con la argucia de que la parte privada mas la parte publica sumadas dispongan de mas capacidad de comunicación y promoción en los mercados y a la vez disponen de unos recursos de todos los contribuyentes para fines privados, o al menos una parte, hay que reconocer una cierta habilidad por parte de unos e ingenuidad por parte de otros, que quede claro que no intento responsabilizar al sector hotelero, si no a la administración y a sus responsables de su miopía analítica.
A la administración le viene de perlas capital fresco para promocionar, en primer lugar dispone de más recursos y el discurso fácil de que satisface las necesidades del sector turístico, es cierto en parte si añaden la coletilla, de una parte del sector.
Si cada uno nos dedicáramos a lo que sabemos hacer y no interfiriéramos en terrenos acotados (que se pueden desacotar cuando queramos), probablemente las estrategias de unos y otros encontrarían complementariedad, y acabarían sumando.
La administración ha convertido hoy al departamento turístico del país en una fuente de beneficios directos para si misma.
Los clientes de un congreso ya no diferencian la oferta de una agencia especializada a la oferta de un convention bureau, o la promoción de una oficina turística de una ciudad a la de un gremio, y el cliente final recibe un sin fin de inputs de marcas turísticas que al final hay que acabar reconociendo que “todo bajo el sol” esta en España.
Si el turismo es una economía transversal de la cual se benefician múltiples sectores económicos de un país, la promoción debería financiarse con los impuestos de los contribuyentes, y en el caso de actos especiales (olimpiadas, Forum, etc.) dar entrada a todos los intervinientes su colaboración para obtención de objetivos muy concretos, con la complejidad que ello conlleva.
Puede parecer compleja esta situación, si además le añadimos el fenómeno Internet, uno acaba perdiéndose en el análisis de cómo innovar en el sector a pesar de las ruedas empaladas, con lo fácil que podría ser aplicando el refrán de “zapatero a tus zapatos” y no lo digo pensando en alguien en concreto.
Saludos cordiales desde la Costa Brava
Joan Gou i Campamar
Esta afirmación si no estuviera argumentada podría parecer una pedantería o una provocación, intentare desarrollar el porque actual al menos en lo referente a Cataluña.
Si debiéramos partir de la descripción de producto y centrar los objetivos, podríamos estar de acuerdo en afirmar lo siguiente:
El producto turístico para la administración turística, son los destinos del país que ella regula, controla e invierte en su desarrollo.
Básicamente este debería ser su marco de actuación: regularlo, verificarlo, clasificarlo, y publicitarlo.
Una vez definidas las diferentes tipologías, segmentar por producto o servicio, a modo de ejemplo serviría, los segmentos de sol y playa, cultural, de patrimonio histórico, gastronómico, de congresos, incentivos, ciudades, rural, short breaks, etc.
Toda esta descripción de negocios se localizan dentro de un territorio, del que la administración, administraciones autonomicas y por delegación los municipios deberían verificar, tanto en estado fisico ,capacidad, calidad ofertada, que conforman la oferta turística de un país.
Fijaros que hasta el momento no he hablado de las empresas turísticas privadas que interactúan en la economía.
De aceptar este planteamiento, la estrategia de la administración debería orientarse hacia la descripción, enumeración y valoración de la oferta global.
Estructurada la lista debería obrar en su posesión el estado cuantitativo y cualitativo de la oferta descrita y en función del resultado, hacer las oportunas inspecciones, para determinar la exactitud de la descripción, solo así sabrá enfocar la comunicación y promoción de sus productos (en que negocio estoy) hasta que punto la oferta puede satisfacer las necesidades de los clientes.
De los diferentes actores que intervienen en el negocio turístico, cabe destacar la figura de la agencia de viajes receptiva, principal catalizadora y promotora de la oferta de destinos de un país y prestadora de servicios in situ al cliente final que en definitiva, es el que dará valor a su estancia si la comunicación se ajusta entre lo ofertado y lo recibido.
¿Porque tanta verborrea, pudiendo simplificar?, intentare dar una explicación, la situación actual entre las administraciones y las empresas atraviesan momentos de cambios profundos en la distribución del producto turístico, de ahí mi titular que no es un capricho personal, si no fruto de la meditación y análisis.
Probablemente el peso del sector turístico la administración la conceda al propietario de los más altos inmovilizados económicos, que son los propietarios de los hoteles y sus variables organizativas y gremiales, que sin duda la tienen, pero además están los demás actores que intervienen y de manera importante. Si hablamos de sol y playa veremos que los propietarios de establecimientos hoteleros, suelen desconocer como comercializar su propio servicio, porque durante años han estado en manos de tour operadores que promocionaban sus establecimientos, una vez desaparecidos estos, las agencias de viajes receptivas ocupan el vació que dejaron una vez amortizadas las inversiones y hoy la siguen ocupando compartiendo mercado con las punto com. (Siguen sin controlar sus precios en el mercado).
Esto provoca una extraña relación entre hotel/agencia como mal necesario y paradigma del sector.
Decía, que el peso sectorial la administración lo otorga a los hoteleros, que no satisfechos con la forma de promocionar y comercializar sus establecimientos a lo largo de la historia, por empresas externas, a base de sacrificar márgenes y no controlar sus precios en los mercados, dada su alta influencia en la administración han conseguido convencerla para establecer planes de promoción (al 50%) de capital mixto o compartido, con la argucia de que la parte privada mas la parte publica sumadas dispongan de mas capacidad de comunicación y promoción en los mercados y a la vez disponen de unos recursos de todos los contribuyentes para fines privados, o al menos una parte, hay que reconocer una cierta habilidad por parte de unos e ingenuidad por parte de otros, que quede claro que no intento responsabilizar al sector hotelero, si no a la administración y a sus responsables de su miopía analítica.
A la administración le viene de perlas capital fresco para promocionar, en primer lugar dispone de más recursos y el discurso fácil de que satisface las necesidades del sector turístico, es cierto en parte si añaden la coletilla, de una parte del sector.
Si cada uno nos dedicáramos a lo que sabemos hacer y no interfiriéramos en terrenos acotados (que se pueden desacotar cuando queramos), probablemente las estrategias de unos y otros encontrarían complementariedad, y acabarían sumando.
La administración ha convertido hoy al departamento turístico del país en una fuente de beneficios directos para si misma.
Los clientes de un congreso ya no diferencian la oferta de una agencia especializada a la oferta de un convention bureau, o la promoción de una oficina turística de una ciudad a la de un gremio, y el cliente final recibe un sin fin de inputs de marcas turísticas que al final hay que acabar reconociendo que “todo bajo el sol” esta en España.
Si el turismo es una economía transversal de la cual se benefician múltiples sectores económicos de un país, la promoción debería financiarse con los impuestos de los contribuyentes, y en el caso de actos especiales (olimpiadas, Forum, etc.) dar entrada a todos los intervinientes su colaboración para obtención de objetivos muy concretos, con la complejidad que ello conlleva.
Puede parecer compleja esta situación, si además le añadimos el fenómeno Internet, uno acaba perdiéndose en el análisis de cómo innovar en el sector a pesar de las ruedas empaladas, con lo fácil que podría ser aplicando el refrán de “zapatero a tus zapatos” y no lo digo pensando en alguien en concreto.
Saludos cordiales desde la Costa Brava
Joan Gou i Campamar
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