miércoles, 30 de mayo de 2007

¿Qué pasaría si los partidos fueran empresas?


Después del periodo electoral, aparecen las respuestas a los “porques”, en una televisión autonómica (Cataluña) se le preguntaba a la población por el grado de confianza en la política y en los políticos, tratando de averiguar el “porque” de la abstención.

La cifra se situaba al entorno del 91 % en el grado de insatisfacción de la población con las políticas y los políticos, con un amplio abanico de causalidades.

Uno de los argumentos esgrimidos, es no abordar los temas que realmente preocupan a la población y se centraba entre los tertulianos en el crecimiento de plataformas xenófobas anti emigración como una de las causas.

La reflexión, me lleva a la siguiente afirmación: existe un divorcio claro de los ciudadanos con la clase política.

Los mensajes recibidos, no tienen credibilidad, ni en la consigna ni en su implementación.

Estamos en una etapa social, con sed de vanidad por parte de la clase política, mensajes creados desde equipos profesionales para prescriptores con ideas distintas pero sujetos a la disciplina del partido.

Coincide con la baja implicación activista de la sociedad civil.

Solo aquellos que no les ha importado decir lo que piensan aun en contra del mensaje global partidista, pero orientados a sus votantes han aumentado sus votos y no estoy pensando en plataformas oportunistas, si no en partidos con amplia representación parlamentaria, “mismas siglas, mismos mensajes, diferentes lideres, resultados distintos”.

La diferencia estaba en el “líder” que transmitía el mensaje.

De ello se desprende, que el día que aparezca un líder capaz de decir y hacer lo que sus votantes le piden, desde la honestidad, valentía, y saber decir no, empezara a cambiar el panorama, un ejemplo de liderazgo lo tenemos en el país vecino Francia, los resultados tangibles están por llegar, pero nadie duda de la capacidad de liderazgo del nuevo Presidente de la republica.

Mi admiración a aquellos que han votado en Blanco, que ejerciendo su responsabilidad con el compromiso democrático, han transmitido un mensaje muy claro y que todos los “ganadores” están obviando.

“voto por responsabilidad, pero no me gusta ninguno de ustedes ni sus propuestas” ( no me interesa nada de lo que vendes).

Los políticos deberían estar mas atentos a las necesidades de quienes a pesar del panorama mantienen su confianza para administrar los recursos disponibles.

Si la política se regulara como se regula el mercado de las empresas y los consumidores, “pocos resistirían”, (por no decir ninguno) por mas que se empeñen los técnicos de los partidos en aplicar herramientas de mercadotecnia.
Espero tomen buena nota de que a las personas en política se les puede engañar “dos veces”, el doble que en el mercado, esta es una ventaja que ya quisiéramos en el mundo de la empresa, tener mas de una oportunidad

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