Hacía tiempo que estos dos Besugos no retomaban sus conversaciones, (un
hotelero y un agente de viajes), el primero suele convocar al segundo para
tomarse un café y compartir un tiempo en la media tarde en “arreglar el mundo”.
Como es habitual y después de abrir el hotel, (el agente ) recibe la
llamada para concretar el encuentro, llegado el día y la hora después de un efusivo abrazo , saludos de
rigor, repaso al tiempo, al invierno, futbol, la familia, sin más preámbulos y una vez suministrados un par de cafés por el
camarero Dominicano pasan directamente al asunto que los ha reunido, analizar sus principales preocupaciones , lo que los une en definitiva, un sector económico
que comparten desde posiciones distintas aunque complementarias, aunque este último
adjetivo no lo compartan plenamente, pero no centraremos ahí sus diferencias.
La temporada no apunta bien y ambos lo saben, en ediciones anteriores cada
uno tenía identificados a los responsables, aunque no coincidieran, pero esta
vez, no tienen claro a quien colgarle el Sambenito, por lo que la conversación no
es tan tensa.
Como lo ves? Dice uno, el otro responde, con un Mal en mayúsculas, será una
temporada complicada, puesto que hace años la base eran los TTOO, mas agentes
locales, y particulares, hoy esto ha cambiado sustancialmente, el peso del TTOO
es casi irrelevante, el peso de los receptivos locales, sigue en una línea estable,
los particulares casi han desaparecido en parte porque ya son patrimonio de las
Online, sector que crece día a día.
Ellos, situados ya, convergen que las Online se están haciendo con el
mercado, el Hotelero no está satisfecho con los costes de distribución que
conlleva operar con varias Online, pero a la vez es impotente para reconducir
la situación.
Empiezan a aparecer palabras en la conversación que no forman parte de los
seminarios, discursos, evangelizaciones y demás panfletos que circulan por la
sociedad mercantil.
Hablan de mentir, miedo, seducción, paradigma, antes, después, ahora, tiempo,
velocidad, asimilación, sentido común, orientación, básico, equilibrio,
demanda, oferta, modestia, experiencia, conocimiento, contenido esencial,
herramientas, y ahí en “Herramientas” encallan su conversación para
centrarse en como las herramientas tecnológicas ocupan una relevancia y lugares
que no les corresponden (según sus criterios y visión de la actividad), coinciden
en que todo se centra en las herramientas distributivas , pero no en la distribución
, la finalidad no es satisfacer el cliente si no aumentar ventas y ratios econométricos,
hablan con empleados de nueva acuñación en puestos que hace escasos días no existían
con unos lenguajes que ni entienden ni comparten, pero que a la vez los
necesitan, pero no saben porque. Les cuesta
entender que han de estar pendientes cuantas más horas mejor en controlar las paginas HTML para modificar
tarifas permanentemente, han comprendido la sensibilidad del comprador ( antes
cliente) ante precios oscilantes, con la duda puesta en si son cosas de los portales o plataformas o de
los mercados, saben que están ante una parte de la verdad, pero no saben cual ,
y ante esta disyuntiva, salta la alarma cuando aparecen los Costes de distribución,
a lo que el agente local receptivo se alegra y mirándole a los ojos, diciéndole
con sonrisa irónica incluida, “Al fin soy comparable”, jamás me has pagado una comisión
por venderte, y ahora te cuesta un ojo de la cara con la desventaja que con los
jefes de estas “nuevas agencias” jamás te tomaras un café, porque ni sabes quién
es, ni os importa, a lo que el Hotelero asiente con la mirada perdida en el
horizonte mientras suelta aire, se vuelcan ambos en el Antes, las nostalgias
afloran de nuevo, y es que ambos ya tienen una edad y mucha experiencia, pero
ambos coinciden que con los cambios actuales de poco les sirve, van terminando
el café y por primera vez deciden poner fin a la conversación, cordialmente sin
concretar nada, pero se miran fijamente, se dan un abrazo como diciendo que
tengamos suerte, porque hoy por hoy sabiendo cual es el problema, no tenemos la
solución, pero aunque la tuviéramos probablemente no podríamos aplicarla porque
este negocio que fue tuyo y mío, ya no lo es, lo que es peor tampoco sabemos de quien es.
Pero esta fue su conversación, y así se la cuento, con la esperanza que en
el próximo café que se tomen ya tengan algunos de los puntos opacos despejados,
de no ser así el ímpetu y la fuerza que el sector turístico invierte en
herramientas de distribución y comunicación solo servirán para productos
obsoletos, puesto que el producto en sí, bien sea destino o establecimiento, está
estancado se están centrando todos los esfuerzos y recursos en cantidad pero no
en calidad, y este resultado sí que todos conocemos cual es.
Saludos cordiales desde la Costa Brava, feliz temporada a todos.
La llegada del comercio electrónico al Turismo añadió nuevos jugadores en la partida.
ResponderEliminarCon el crecimiento desmesurado de usuarios de Internet, creció el comercio electrónico.
Entonces, gracias a los guruses, se avisaba al proveedor final del servicio que internet democratizaba el sector vacacional (hasta ese momento, controlado por pocos operadores globales y mucho receptivo local).
Incluso los años posteriores a la llegada del e-commerce, se podía hacer negocios con buenos contactos y amistades (aquello de grandes negocios, generan grandes amistades).
Con el crecimiento del e-commerce, los proveedores finales se creyeron los reyes del mambo y pensaron: tengo el producto, porque ceder mi distribución a los operadores de siempre cuando puedo vender más caro de manera online?
Rompieron contratos y relaciones personales pensando que el B2C sería la panacea....
Años más tarde, los nuevos players se convirtieron en reyes de la distribución gracias a sus más ágiles herramientas de software.
La popularidad de estos players hizo crecer la dependencia de los mismos a muchos establecimientos...con el paso de los años, no solamente creció la dependencia sino también los costes de distribución.
Como resultado, estos dos caballeros tuvieron esta conversación. Uno, perdía clientes frente potentes herramientas online y el disfraz del contenido generado por usuarios y el otro va perdiendo márgenes de explotación por el coste de distribución y por, el lógico, aumento de la oferta que no se sustenta con un aumento de la demanda.
Al contrario, en plena crisis de demanda (factor vital que no salió en la conversación) no se encuentra solución al problema.
En mi opinión, ahí empieza el problema: El proveedor final del servicio creía que estaba haciendo las cosas muy bien. NO, falso. Durante 40 años, el proveedor final del servicio vivió en un entorno de demanda. Ponía precios y vendía el 100%.
hoy día no, no hay suficiente demanda para todos...Y prácticamente nadie (por no decir nadie) hizo sus deberes. Muy pocos se preocuparon por fidelizar. Si no vienen unos, vendrán otros...
Pues, ahora, se encuentran con que no tienen ni los unos ni los otros.
feliz temporada y a salvar los muebles mínimo.
Moltes gracies amic pel teu comentari que enriqueix la conversa, una forta abraçada , ah i la propera avisam bandarra.
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