viernes, 11 de febrero de 2011

Dialogo de Besugos






He decidido retomar mis diálogos, justo al comienzo de esta nueva temporada que venia precedida por el pesimismo e incertidumbre para transformarse repentinamente en euforia desbordante.

A priori debería alegrarnos a los del sector turístico, pues ello representa optimismo para afrontar la temporada.

Cuando vas a Fitur, una de las preguntas recurrentes es ¿como ves o prevés la temporada? (normalmente esta pregunta te la hace alguien que debería saber tan bien como tu, cuales son las expectativas).

Las respuestas casi siempre son evasivas, vacías de substancia, mas en la línea de la educación o cortesía que de la realidad en la que uno piensa o le preocupa.

Sigues tu camino, hasta encontrarte otro conocido y vuelta a empezar, las mismas preguntas, los mismos gestos, los mismos deseos.

Llega el turno al que te agarra del antebrazo, y susurrándote al oído te dice, “oye me gustaría hablar contigo, como experto” (tiembla), y tu cortésmente le dedicas parte de tu tiempo, te lo llevas a la cafetería y haces ese gesto que significa “soy todo oídos”.

Comienza.- Tu que conoces muy bien el sector turístico, (una de aplausos para tu vanidad) ¿como ves la temporada? (como quieres terminar cuanto antes) la respuesta es escueta, Bien, parece que pinta bien, ¿Cómo de bien?, pues mejor que la anterior, a tenor de las informaciones que circulan, ¿te fías de ellas?, No, pero es lo que mayoritariamente cuentan, y hay que hacer caso de las opiniones compartidas, aunque no sean veraces, además no se trata de saber quienes aciertan o no, se trata de saber si el estado animo es de euforia o pesimismo (punto de vista), ya, pero a mi me gustaría saber si esta opinión tiene rigor, chico pues tal vez yo no sea la persona que podría aportarte este rigor, deberás seguir buscando y contrastando, bien pues, gracias por tu tiempo, de nada hombre, cuídate y buena temporada, se va…. cabizbajo nada convencido de lo que hemos hablado, porque yo no le dije lo que el quería oír.

Vuelvo a la rutina de la oficina después de unos días en Madrid, y al poco rato se empiezan a entrever los efectos de Fitur vía e- mail, estamos a mediados /finales de enero, correo de un hotel contratado, lista de fechas en las cuales nos cierran la venta independientemente de que tengas o no clientes para estas fechas ( los folletos en Europa llevan escasamente 10 días en la calle, se producen las primeras ventas) y ya te paran ventas, traducción del mensaje (no necesito tus clientes) tengo otros que pagan mas.
A los pocos días más mensajes del mismo hotel y alguno nuevo del resto de los contratados, en la misma línea, uno ampliando fechas de cierre de ventas y otros intentando convencerte que devuelvas los contratos.

Cualquiera que lea esto, probablemente reaccionara diciendo, Solución al problema: corta las relaciones y búscate a otros proveedores, y yo os entiendo, esta, probablemente debería ser la acción a emprender, pero el panorama es desolador, “todos actúan igual”.

Yo llego a la conclusión de que muchos no saben lo que realmente quieren, gastan sumas para intentar vender directamente a cliente final, siguen con operadores locales esperando el milagro de poder deshacerse de nosotros, otros además siguen con ataduras con TTOO, como la operación de trasvase, es lenta y costosa mientras transcurre el tiempo.

Una temporada mala, facilita tranquilidad pero a costa de menores ventas y de calidad mala (hablo de calidad de la venta) del servicio hablaremos otro día. En contra si se prevé una temporada aparentemente positiva, es para echarse a temblar.

La paradoja de esta historia de impotencia y cansancio es para que se lleve a reflexión que cansa mucho mas gestionar la obsolescencia que la atención al cliente, ya va siendo hora que los esfuerzos se dirijan a cliente final que en definitiva es el que debería disfrutar de las mejores vacaciones de su vida, lo que muchos clientes no saben es que jamás pisaran aquel hotel que en su día eligieron porque reunía todas sus expectativas.

Cuando nos daremos cuenta unos y otros de que la finalidad es satisfacer clientes, vía un canal u otro, que nadie nos obliga a interactuar, que podemos elegir libremente, basta con ser honesto, riguroso y respetuoso y de la misma manera que apunto a los Hoteleros, lo mismo reza para aquellos colegas que generan malas praxis cuando pretenden en situaciones difíciles negociar a la baja para sacar beneficios sin esfuerzo a costa de precios infumables para el prestatario.

Con la satisfacción que debería producirme unas buenas expectativas, aquí me tenéis “cagaito” temblando por lo incierto, por lo que aun no se ha producido, y todo eso ocurre sin que ningún cliente intuya nada de nuestra “diarrea sectorial”, como dicen los toreros antes de que se abra la puerta de chiqueros, “suerte maestro”, que jodido que debamos supeditar nuestros esfuerzos a la suerte y no al esfuerzo.

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