miércoles, 20 de febrero de 2008

A mi amigo Juan Sobejano


Hoy mi amigo Juan Sobejano cumple años, he rebuscado en viejos archivos, cosas que te mandan, te gustan y los guardas, se lo mande a su correo personal, pero quiero compartirlo con todos vosotros porque un dia u otro todos cumplimos años.

Ahi os lo dejo, espero que lo disfruteis:

En el primer día de clase nuestro profesor se presentó a sus alumnos, y nos desafió a que nos presentásemos a alguien
que no conociéramos todavía.

Yo permanecí de pie mirando alrededor cuando una mano suave tocó mi hombro.

Miré hacia atrás y vi a una pequeña señora, viejecita y arrugada, sonriéndome radiante, con una sonrisa que iluminaba todo su ser.

Ella dijo: Hola buen mozo. Mi nombre es Rosa. Tengo ochenta y siete años de edad.

¿Puedo darte un abrazo?

Yo reí, y respondí entusiástamente: Claro que puedes - y ella
me dio un gigantesco apretón.

- ¿Por qué estás en la facultad a tan tierna e inocente edad? – le pregunté.

Ella respondió bromeando: - Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener un par de hijos, y luego jubilarme y viajar.

- Estás bromeando – le dije.

Tenía curiosidad por saber lo que la había motivado a entrar en ese desafío a su edad, y ella dijo: Siempre soñé con tener estudios universitarios, y ahora lo voy a hacer.

Después de la clase caminamos hacia el lugar de reunión de estudiantes, y compartimos un batido de chocolate.

Hicimos amistad al instante.

Todos los días en los próximos tres meses compartiríamos clase juntos y hablaríamos sin parar.

Permanecía siempre extasiado escuchando aquella "máquina del
Tiempo" mientras compartia su experiencia y sabiduría conmigo.

En el transcurso del año, Rosa se volvió un icono en el campus
Universitario, hacía amigos fácilmente, donde quiera
Que fuese.

Adoraba vestirse bien, y gozaba con la atención que le daban los otros estudiantes.

¡Ella disfrutaba de la vida!

Al final del semestre invitamos a Rosa para hablar en nuestra cena de final de temporada del club de fútbol.

Jamás olvidaré lo que ella nos enseñó, fue presentada y se aproximó al atril.

Cuando comenzó a leer su discurso, dejó caer al suelo tres de las cinco hojas.

Frustrada y un poco nerviosa, se acerco al micrófono y simplemente dijo:

- Discúlpenme, ¡estoy tan nerviosa! Dejé de beber en Pascua, y este whisky me está matando!

Nunca conseguiré colocar mis papeles en orden nuevamente, entonces permítanme hablarles sobre aquello que yo sé.

Mientras nos reíamos, ella limpió su garganta y comenzó:

- No dejamos de amar porque envejecemos; envejecemos porque
dejamos de amar.

Existen algunos secretos para continuar jóvenes, felices y exitosos.

Es necesario reir y encontrar el humor cada día.

Es necesario tener un sueño, cuando se pierden los sueños, uno
se muere.

Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ¡no se dan cuenta!

Hay una enorme diferencia entre envejecer y crecer.

Si tienes 19 años y te quedas acostado en la cama por un año
entero, sin hacer nada productivo, llegarás a los 20 años.

Si yo tengo 87 años y me quedo en la cama por un año sin hacer cosa alguna, llegaré a los 88 años.

Cualquier persona consigue envejecer.

Eso no exige talento ni habilidad.

La idea es crecer siempre encontrando oportunidades en las novedades.

Para eso no se precisa ningún talento o habilidad.

No tengas remordimientos.

Los viejos generalmente no se arrepienten de aquello que hicieron, sino de aquellas cosas que dejaron de hacer.

Las únicas personas que tienen miedo de la muerte son aquellas que tienen remordimientos.

Ella concluyó su discurso cantando la alegre cancion de “La Rosa".

Nos desafió a cada uno de nosotros a estudiar poesía y ponerla en practica en la vida diaria.

Al final del año Rosa terminó la carrera, se graduo.

Una semana después de su graduación, Rosa murió tranquilamente en un placido sueño.

Mas de dos mil alumnos de la facultad fueron a su funeral, en
honor a la maravillosa mujer que enseñó, a través del ejemplo, que nunca es demasiado tarde para ser todo aquello que podemos probablemente ser.

“Envejecer es obligatorio, crecer es opcional".

Si leíste esto con el corazón serás más sabio, pero si
Lo hiciste con la mente, solamente serás más viejo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario