jueves, 25 de septiembre de 2008
¿Community manager o portero digital?
Da igual que la nomenclatura sea en Ingles o Castellano, la discusión no debería centrarse en el titulo, si no, en la funcionalidad.
En la etapa denominada 2.0 donde se pregona que el cliente tiene el control o la palabra, aunque parezcan palabras iguales para definir lo mismo, no lo es.
Que el cliente tenga la palabra, no es ninguna novedad, siempre la ha tenido, otra cosa bien distinta es que las empresas con las que pretende comunicarse sepan escucharle o satisfacerle.
El control se lo otorga la libertad de decidirse por un producto o servicio que le satisfaga, con lo cual el control tambien lo ha tenido siempre.
En la lucha cotidiana a la caza del cliente, manda la cuenta de resultados, leemos a menudo acerca de errores sistemáticos en fidelizacion y atención post venta o servicio, cambia el mensaje, siguen los errores.
¿Que nos cuentan las grandes comunidades?, pues de todo, como en el mercado o en el estadio de fútbol con 100.000 personas, viendo lo mismo pero con opiniones distintas, sin embargo el espectáculo es igual para todos.
Los afectados por los comentarios padecen “sonrrojismo digital” con la creencia vergonzante de que todo el mundo sabe de sus flaquezas, mientras a la par es consciente de lo que cuesta posicionar la pagina Web corporativa o que una simple oferta llegue al mercado digital.
Estoy convencido que esto tendrá efectos emocionales severos para las nuevas generaciones digitales afectando a la lateralidad (conflicto de hemisferios).
Parece ser que para lo que se considera malo (malos comentarios) la reacción mas allá de intentar enmendar los errores y tratar de que no se produzcan, es ver de que forma los podemos eliminar incluso con la predisposición de pagar grandes sumas para conseguirlo.
Si pretendemos que las comunidades sean de plena libertad (así son todas en sus inicios, con un único objetivo, obtener masa critica) deberían mantener este espíritu, si se tuerce, y no se puede reconducir hay tener la valentía de cerrarlas para siempre, y asumir el fracaso, ¿pero que comunidad es capaz de tomar decisiones semejantes con tanta gente ahí encerrada?, dicen que su valor es incalculable.
Si le seguimos el rastro deberíamos poder identificar el objetivo final de cada una de ellas, subyace en el espíritu el ánimo lucrativo, aunque la publicidad lo niegue, nadie regala nada, en el siglo XXI tampoco.
Estamos viviendo en la era de que todo es o debería ser gratuito, solo que tengo alguna duda al respecto ¿Por qué todo debería ser gratis? Si hago un análisis de mis servicios y nadie esta dispuesto a pagar por ellos, tengo un serio problema, pero no por el hecho de que una masa me exija la gratuidad de mis servicios o productos he de satisfacerles, una de mis principales obligaciones es dirigir mi oferta a un publico objetivo, si no soy capaz de identificarle y me equivoco no me da derecho a recriminar al mercado.
Cuando escuchas a mucha gente a la vez, corres el riesgo de no oír ni siquiera a aquellos que piden a gritos tus servicios, ensordecidos por el griterío general.
En el campo siempre habréis oído la siguiente afirmación, hay que separar el grano de la paja, sigue vigente.
Si hablamos del control de una comunidad, creo que equivocamos el vocablo, se contradice con el objetivo para el que se crea, si se persigue libertad de expresión.
El cliente tiene todo el derecho a demandar los mejores servicios/productos a los mejores precios y prestaciones, los que no cumplan estos requisitos abstenerse.
Esta simple frase debería bastar para regular el mercado.
Es habitual ver como las ofertas van dirigidas a toda la sociedad, (lo de la globalización ha hecho pupa) nos saltamos la segmentación, el publico objetivo, porque hemos descubierto una arma muy económica de comunicación masiva con munición supuestamente gratuita equiparable a matar moscas a cañonazos.
Tampoco pasa nada por ser todavía un digital 1.0 o un don nadie digital, hay mercados que todavía viven en la felicidad de los colmados, quioscos, bares de la esquina, tertulias bajo la sombra del árbol mayor de la plaza chica.
Hay que partir de otra premisa distinta como la que impera o pretende imperar.
“el mundo necesita de mis productos o servicios” falso, eres tu que necesita del mundo, abre los oídos, escúchales, y dales lo que piden, veras que aun funciona.
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2 comentarios:
Gracies pel teu sentit comú ¡¡¡
jajajajajaaj . ERES ,ERES ! no mas ERES NO ! ...
un placer la lectura de tus post.
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