miércoles, 12 de enero de 2011

Entre los deseos y lo posible.


Hacia donde deberíamos dirigir los esfuerzos importantes en materia turística ahora que se abre una nueva etapa política.

La lógica nos lleva a entender que se abre un paréntesis de análisis de la situación para evaluar los recursos disponibles y políticas comprometidas en proyectos de medio y largo plazo.

Algunas acciones podrán ser reconducidas, otras sin embargo deberán seguir su curso por compromisos adquiridos.

Independientemente de las estrategias que se elaboren fruto de este análisis, haciendo un ejercicio de empátia, cabria preguntarse, Si de ti dependiera, que harías?

Desconociendo los entresijos del compromiso, aplicare grandes dosis de sentido común.

Me centrare dentro del sector, al más productivo, el receptivo, que en definitiva es el único rentable para el país, aquel que en su cometido mercantil esta dentro de los parámetros de la exportación en consecuencia el único que genera recursos para las arcas publicas.

Hasta hoy la administración ha dedicado gran parte de sus presupuestos a la promoción de destinos y productos turísticos.

No entraremos en la valoración del método y su aplicación, ni si debe seguir siendo así o modificarlo.

De seguir esta tendencia, si que debería hacerse lo mínimo que haría cualquier director general que accede al cargo, un balance de situación de activos, calidad, estado, comprobación y calificación (todos sabemos que en las carteras de productos conviven productos estrella con la obsolescencia o la caducidad).

En una empresa es relativamente mucho mas fácil tomar decisiones sobre el catalogo que en la administración, a la hora de distribuir los recursos en la fuerza de ventas.

Partiendo de la base que es la administración la que otorga las licencias, y mas adelante incluye a estas en su portafolio de producto de comunicación y promoción, bueno seria que se hiciera un seguimiento racional de la evolución y estado de la oferta, mucho control en la calidad del servicio, y posicionar el destino Catalunya a índices de reconocimiento y notoriedad en los mercados.

De momento ante el mercado Catalunya sigue siendo un producto de precio, y esta es la clave del gran reto a llevar a cabo, salir de este posicionamiento y alcanzar plaza en el ranking de la calidad, tenemos técnicos y conocimiento suficiente para saber como hacerlo, lo que queda por demostrar es la capacidad de liderazgo para conseguirlo.

Esto que parece básico, cargado de sentido común, es una demanda que se viene haciendo a lo largo del periodo democrático, con distintos gobiernos, distintas filosofías, sin que se haya alcanzado ningún posicionamiento relevante que obtenga reconocimiento satisfactorio por parte de los mercados, que en definitiva es el único que acabara validando y reconociendo los esfuerzos.

Poder ofrecer una noticia a los mercados de una estrategia similar, seria la mejor noticia en muchos años para este sector.

Demos pues un periodo prudencial de adaptación, a los nuevos responsables que deberán liderar las estrategias para que Catalunya siga siendo un motor económico en el apartado turístico con el expreso deseo que la orientación se centre más en la calidad que en la cantidad.

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